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miércoles, 9 de abril de 2014

 


 ¿Sabías que hay una relación muy directa entre tu estado de ánimo y tu salud? Te damos las claves para que aprendas a cambiar situaciones de estrés que afectan a tu calidad de vida.


Está demostrado que las emociones y los pensamientos van siempre acompañados de reacciones bioquímicas en el cuerpo. Todas las enfermedades físicas tienen un componente emocional y psicológico.El cuerpo y la mente forman una unidad y están íntimamente ligados a través de los sistemas inmunitario, endocrino y nervioso central.
Los órganos corporales se comunican directamente con el cerebro y le avisan de sus carencias o necesidades, pero también el cerebro transmite pensamientos y emociones al resto del cuerpo. Así, nuestro cuerpo está estructurado por nuestros pensamientos, creencias y emociones.
El estado emocional influye en todas las enfermedades. Se dice que los factores más importantes en la salud son la esperanza, la autoestima y la educación. Todos conocemos casos de enfermedades que tienen consecuencias diferentes según cómo la persona haya afrontado la enfermedad, dependiendo de la esperanza que tuviese en su curación.
El estrés es el estado psicológico más dañino para la salud humana, está relacionado con cardiopatías, enfermedades pulmonares y del hígado. La depresión, por su parte, influye negativamente en el cáncer. Ambos pueden favorecer la precipitación de una enfermedad y agravarla.
Cuando estamos estresados o extremadamente tristes podemos observar cómo nada funciona con regularidad, nuestras defensas caen y el riesgo de caer enfermo aumenta considerablemente. ¿Cuál es la solución? No es el estrés el que causa los problemas del sistema inmunitario, sino la percepción de que no se puede hacer nada para impedirlo, ¡y eso sí podemos cambiarlo!
Las mujeres y el estrés
El estrés afecta a todos por igual, pero las mujeres sufren determinadas afecciones propiamente femeninas:
Trastornos en el aparato sexual y reproductor. Los genitales femeninos son muy vulnerables a los trastornos emocionales.  Con el estrés muchas mujeres tienen bastantes probabilidades de notar cambios en su menstruación, picores, hongos, dolores pélvicos…
Pérdida de autoestima. Cuando nos hallamos en un estado emocional intenso tendemos a perder de vista el autocuidado, nos olvidamos de nosotras mismas, de mimarnos y querernos.
Trastornos de suelo pélvico. El estrés empeora mucho las pérdidas de orina. Independientemente de la gravedad del problema, es muy importante mantener una actitud positiva. Debemos procurar mantenernos tranquilas, informarnos de por qué ocurre y darnos cuenta de las múltiples opciones que tenemos para solucionar el problema. Ejercitar nuestro suelo pélvico y mantener la autoestima alta son las claves de una recuperación temprana.
Debemos cambiar las creencias negativas que tenemos sobre nosotros mismos. Esto nos ayudará a mejorar nuestra salud, porque las células de nuestro cuerpo se renuevan continuamente y cada día tenemos una nueva oportunidad para crearnos una buena salud.


FUENTE: https://centradaenti.es

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